En Colombia todos medimos algo: los goles de James, los memes que nos saca el Congreso, los minutos de trancón en la 80. Pero en una planta de trituración, medir no es un hobby: es sobrevivir.
El problema es que muchos jefes de planta tienen tableros llenos de KPIs preciosos, adornados con porcentajes y colores, que después acaban en un archivo de Excel que nadie vuelve a abrir. Porque claro, los indicadores sirven para tomarse un tinto y discutirlos en la reunión del lunes, pero… ¿de verdad sirven para cambiar algo en la planta?
La respuesta es sí. Pero solo si esos KPIs dejan de ser un cuadro decorativo y se convierten en un plan de mejora real, con acciones claras, plazos definidos y responsables que no se escapen más que James de la Selección.
Paso 1: Deje de pelear con el espejo
Los KPIs son como los espejos: muestran la realidad, nos guste o no. Si la disponibilidad está en 78%, no sirve maquillarla con excusas de que “la banda estaba floja” o que “el proveedor no entregó a tiempo”.
El primer paso es aceptar el dato como viene: frío, duro y sin Photoshop.
Paso 2: Convierta el dato en objetivo (O)
Aquí es donde muchos fallan. Tener el KPI es como saber que pesa 95 kilos: el dato solo no baja la barriga. Hace falta un objetivo claro.
Ejemplo:
KPI detectado: 78% de disponibilidad.
Objetivo: elevar la confiabilidad de la planta.
Fácil, sencillo, sin adornos.
Paso 3: Baje el objetivo a resultados clave (KR)
Los famosos OKR (Objectives and Key Results) no son una moda de Google: son la manera de convertir un deseo en acciones medibles.
Sigamos con el ejemplo:
KR1: Alcanzar 90% de disponibilidad en 4 meses.
KR2: Reducir fallas críticas de 6 a 2 por trimestre.
KR3: Implementar tablero digital en SAECO ERP para seguimiento semanal.
Así, ya no hablamos de sueños, sino de metas verificables. Y créame: un ingeniero ama lo que se puede medir.
Paso 4: Diseñe iniciativas concretas (o el “cómo”)
Aquí está la carne del asunto. No basta con decir que se quiere subir la disponibilidad: hay que planear cómo.
Ejemplo:
Instalar sensores IoT en la trituradora para monitorear vibraciones.
Ajustar el plan de mantenimiento preventivo con base en datos reales, no en corazonadas.
Revisar inventario de repuestos críticos y evitar que falte justo la pieza que siempre se rompe.
El truco es pasar de la queja a la acción.
Paso 5: Asigne responsables (para que no quede en el aire)
Porque en muchas plantas pasa lo mismo que en el Congreso: todos se enteran del problema, pero nadie levanta la mano para resolverlo.
El plan de mejora debe decir con nombre y apellido quién hace qué. Y, si se puede, con fecha límite marcada.
Paso 6: Ponga el plan en un tablero digital (no en un Excel escondido)
Este es el punto que separa a las plantas modernas de las que siguen en la edad de piedra. Un plan de mejora guardado en un Excel es como escribir la dieta en una servilleta: se pierde en dos días.
Con SAECO ERP de KPISOFT, los KPIs, objetivos, KR y responsables se integran en un tablero digital que todos pueden ver, medir y seguir en tiempo real.
El resultado: menos excusas, más control, y decisiones basadas en datos, no en corazonadas.
La moraleja (y el empujón)
Un plan de mejora no empieza con palabras bonitas ni termina en un Excel olvidado. Empieza con un KPI claro, se traduce en un objetivo, se concreta en resultados medibles y se ejecuta con acciones, responsables y plazos.
Porque al final, lo que define a una planta no son los indicadores que muestra en una reunión, sino los cambios reales que logra en la operación.
👉 Así que la invitación es clara: si ya conoce sus KPIs, deje de discutirlos como quien comenta un partido de fútbol, y conviértalos en un plan de mejora con OKR que realmente transforme su planta.
Y, si de paso quiere dejar los Excel en el pasado, en KPISOFT lo ayudamos con SAECO ERP a dar ese salto digital.